domingo, 30 de marzo de 2008

Caligrafia

Es considerada como un arte en sí mismo. Las teorías estéticas tradicionales valoraron los trazos de pincel de cada cual con arreglo a cuatro cualidades, que debían estar perfectamente equilibradas entre sí en toda escritura impecable:

. Hueso: Una sensación tal de reciedumbre de los trazos que parezca imposible quebrantarlos, y sin embargo carecen de rudeza.

. Carne: Una calidad de plenitud en los trazos que no implique, con todo, complacencia o grosor excesivo.

. Músculo: El aspecto de un trazo que se aúna con el siguiente mediante ligámenes invisibles, y a un tiempo relaciona una letra con otra.

. Sangre: Una textura plena de la tinta, que no se parecerá ni al agua ni al lodo.

La configuración de sus trazos posee algo de la calidad orgánica de la propia naturaleza. Durante los últimos tres mil años ha habido cuatro grandes estilos definidos de escrituras:

. Grafía sigilada: Cabe considerarla en cierta manera como fundida, curvilínea y de poca variación en la espesura de la línea. Utilizada desde la escritura de los Huesos Oraculares hasta la del estilo oficial del Pequeño sello adoptado por la dinastía Qin.


. Grafía de pincel normal: Se compone de una repertorio de tipos de trazados a pincel, cada uno de los cuales se conserva su individualidad. Incluye desde la grafía oficial, usada primero extraoficialmente bajo los Qin y luego oficialmente bajo los Han, hasta la del estilo uniforme, que constituye el fundamento de la grafía impresa actual.

. Grafía corriente: Versión cursiva de la anterior, pero menos ceñida, en que los trazos se entremezclan.


. Grafía césped: Trazo apresurado, taquigráfico, cuya grafía acusadamente abreviada es ininteligible para el que no este impuesto en ella. Posee un característico sesgo elegante, libre y ágil.










Escritura

El termino civilización (wėn) es el mismo que se emplea para designar los conceptos de letra escrita. Durante la época tradicional, el papel escrito con letras era sagrado, y se consideraba impropio dedicarlo a usos profanos. Los ancianos solían coleccionarlos para utilizarlos en rituales.
El sistema de escritura más antiguo de China utilizaba imágenes para la representación de los objetos.
Este sistema consta de un repertorio de miles de caracteres. Aunque se pueden llegar a contar decenas de miles de caracteres si se cuentan todo tipo de formas variantes, arcaicas o sumamente raras, la mayor parte de los diccionarios chinos actuales contienen entre 5000 y 10000 caracteres diferentes.
En contra de un mito muy extendido, los caracteres no son en general palabras, sino que corresponden más bien a la idea de morfemas. Cada carácter corresponde a una silaba en el lenguaje hablado. Este hecho, el que cada carácter sea una sílaba, es probablemente el causante de la idea errónea de que el chino es una lengua monosilábica. En realidad, la inmensa mayor parte del léxico chino moderno se compone de palabras bisílabas, entendiendo como palabra una unidad léxica que se puede combinar libremente en una frase. En el chino clásico se utilizaban muchas más palabras monosilábicas pero, aun así, no se sabe de ningún estadio de la lengua en que todas las palabras hayan sido monosilábicas. De hecho, existen términos bisílabos que se escriben con dos caracteres que sólo pueden aparecer juntos, como por ejemplo gāngà ("avergonzado") o juyu ("altercado"). En estos casos, ni tan siquiera sería posible un análisis semántico o etimológico como unión de dos morfemas.
Existen diversos criterios para clasificar los tipos de caracteres chinos. Lo más sencillo es dividirlos en tres categorías básicas:

· Los caracteres más antiguos son pictogramas, esto es, dibujos del concepto que representan. Por ejemplo:





El primer carácter, rén, significa "persona", y procede del dibujo de un perfil humano. Este carácter es una auténtica palabra monosilábica y se utiliza en chino moderno. El segundo ejemplo, pronunciado mù, significaba "árbol" en la antigüedad, y representa, de manera estilizada, el tronco, la copa y las ramas del árbol. En chino moderno, este carácter ha pasado a significar "madera", mientras que árbol se dice shù.

. El segundo tipo de caracteres son los llamados ideogramas. En estos casos los pictogramas se combinan para sugerir ideas por asociación. Por ejemplo:




Estos dos ideogramas se basan en los pictogramas anteriores. El primero, pronunciado qiú, significa "prisionero", significado sugerido por la imagen de una persona encerrada. En chino moderno, la palabra normal para decir prisionero es qiúfàn, forma bisílaba que aún contiene este carácter. El segundo carácter de la imagen significa "bosque", idea sugerida por la repetición del árbol. En este caso, el chino moderno también ha acabado dándonos una forma bisílaba: La palabra actual es sēnlín, donde aparece también otro ideograma similar con tres árboles.

. El tercer tipo de caracteres lo constituyen los fonogramas. Este tipo abarca la inmensa mayoría de los caracteres chinos actuales. Consiste en la modificación de otro carácter con el que comparte pronunciación añadiéndole otro componente que lo distingue. El componente añadido es a menudo uno de los llamados radicales, que aporta una idea semántica respecto al tipo de significado representado por el nuevo carácter. Veamos dos ejemplos:





Estos dos fonogramas están basados en los ideogramas anteriores, pero corresponden a palabras totalmente diferentes. En ambos caracteres se aprecian tres trazos a la izquierda. Estos trazos son conocidos como "tres gotas de agua", o "radical del agua", y proceden del pictograma que significa agua. Los caracteres que tienen estas tres gotas de agua suelen tener un significado relacionado con el agua o los líquidos. El primero, pronunciado qiú, se basa en el ideograma qiú por el mero hecho de que tiene la misma pronunciación. Su significado clásico es "nadar" y se utiliza poco en chino moderno. Una palabra con este carácter es qiúdù ("cruzar a nado"). El segundo carácter se pronuncia lín, y es por esa coincidencia fonética por la que se basa en el carácter del bosque. Las tres gotas de agua nos indican que se trata, sin embargo, de un término relacionado con el agua. Su significado es "empapar". En chino moderno se puede utilizar como verbo monosílabo, o en algunas combinaciones bisílabas, como en la palabra línyù ("ducha").
Lo más probable es que en un estadio antiguo de la lengua estos fonogramas empezaran escribiéndose con el mismo carácter cuyo sonido comparten, y que el añadido del radical se produjera posteriormente para clarificar el significado, de manera análoga, salvando las distancias, al uso que hacemos en castellano de la tilde para diferenciar monosílabos de significado diferente, como "si" y "sí", o "te" y "té".
El sistema de caracteres chinos no es, por lo tanto, un inventario de palabras monosilábicas, como a veces se dice, sino más bien una suerte de silabario inmenso con el que se representan los sonidos de las palabras de la lengua hablada.

Cabe destacar que, al finalizar el siglo III a. C. la escritura fue drásticamente modificada. Siguiendo los consejos de su primer ministro Li Si, el primer emperador Qin abolió aproximadamente la mitad de las antiguas letras, y muchas de las que se conservaron fueron reestructuradas. Una de las consecuencias de mayor alcance fue la adulteración de los textos de toda la literatura previa a los Qin. Por ejemplo, la palabra blanco (bai), que probablemente en su origen representaba un huevo, la grafía reformada no permite advertir ese objeto a menos que se conozco la forma primitiva.
Desde esta reforma, las letras chinas se mantuvieron estructuralmente estables hasta el siglo actual. Sin embargo, se han inventado formas cursivas y abreviadas para usos informales. El diseño y los rasgos estéticos de las letras se han visto influidos por los útiles de escribir y por el soporte utilizado. El estilete impone un grosor uniforme de la línea, y exige relativa premura de ejecución, pero permite sutiles formas curvilíneas. Los trazos se integran en grupos con arreglo a su orientación sobre la superficie. El reflejo invertido de las grafías es muy corriente, y a veces coexiste con la inversión del sentido habitual de derecha a izquierda de las columnas verticales de escritura. Por lo contrario, la fundición en bronce permite líneas de grosor variable. El pincel exige una ejecución rápida, sin retoques ni vacilaciones, dado que la absorción del papel desparrama la tinta si el pincel se demora en el trazo. En general, los rasgos rectilíneos con una ligera curvatura son los más fáciles con el pincel. El movimiento del trazo se orienta de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha.